El proyecto “Mi casa” une dos de los retos muy importantes para PRONISA: dar una respuesta inclusiva a las personas con discapacidad intelectual y con más necesidades de apoyo y, en segundo lugar, transformar los servicios hacia un modelo más comunitario.
El proyecto cuenta con tres viviendas “Passive houses” que darán un hogar inclusivo y en comunidad a 24 personas con grandes necesidades de apoyo. Este modelo de vivienda hace posible un apoyo personalizado, centrado en cada persona, respetando sus preferencias, ritmos y espacios, ofreciendo una respuesta integral y significativa adecuada al proyecto de vida de cada persona. Además, el proyecto “Mi Casa” permite vincular a la persona con el entorno, con la comunidad y sus recursos y servicios como escenario de vida, generando así una interacción en clave de contribución y ciudadanía.
Este proyecto que comenzó su andadura en 2018, ha sorteado las dificultades de estos dos años de pandemia en los que PRONISA, como el resto de entidades del sector, se ha enfrentado a reestructuración de los servicios y reorganización interna para dar respuesta a la situación de la pandemia, importantes subidas en los costes salariales, incremento disparado del IPC, subida del SMI, mayores gastos fijos en suministros y en materiales de protección frente a covid, etc. En este contexto de dificultad, PRONISA, con un buen “músculo” de conocimiento y profesionalidad tiene previsto la apertura de estas viviendas a finales del presente año.
Lo que hace apenas dos años era un sueño para decenas de familias que veían como las personas con discapacidad con más necesidades de apoyo estaban discriminados por no tener oportunidad de vivir en una casa como el resto de la ciudadanía, se ha convertido en una nueva oportunidad.